"las palabras se las lleva el viento"
No, amigo no, las palabras no se las lleva el viento,
al contrario, el hombre es prisionero de lo que dice
y siempre habrá quien le recuerde las palabras dichas.
Las mentiras, si tienen las patas muy cortas
y si no son mentiras, sino fruto de la lengua larga,
el resultado es... un pobre hombre, ridículo.